“Las consecuencias de
adherirse demasiado estrechamente a un pasado inventado o distorsionado pueden
llevar con facilidad al desastre“.
John Elliot
“Un solo hombre puede cambiar el destino de la humanidad”.
Lema de “El Ángel exterminador” atribuida a los anarquistas.
Si lee esto y las cosas no son como las cuento
es posible que usted no exista.
Podría seguir viajando
de una Sincronía a otra y no morir nunca
pero me quedé en esta. Supongo que O´Conor tuvo mucho que ver. Él es
nativo; un irlandés de pura sangre nacido y criado en este Instante y por tanto
el traslado es inviable. Lo reclutaron al mismo tiempo que yo arribé, nos
emparejaron en los habituales grupos de trabajo: dirección y ejecución; puedo afirmar que es el mejor
ejecutor que he conocido, también el mejor amante. No podría desprenderme del
viejo irlandés nunca.
Algunos compañeros entrañables dejaran de
estar en mi cabeza pronto: Lázaro en Jerusalén, Dari en escocia o mi mentor
Petrónio en Bizancio: su cuerpo descansará por siempre a los pies de Santa
Sofía victima del Ángel.
Los recuerdos de todos
ellos se borraran en mi cerebro de manera difusa, una mañana despertaré en
brazos de O´conor y ya no significaran nada para mi. Tan solo la causa, eso nunca
se olvida.
Una vez oí que el imperio se descompuso.
Contaron, en aquel remoto lugar perdido en un futuro incierto, que todo empezó
cuando José I de España murió exiliado en los estados del Norte de la Unión Norteamericana ,
el pobre José no fue aceptado por los españoles, triste y melancólico terminó
sus días en aquellas tierras como un extraño hacendado, un francés curioso y
nuestra graciosa majestad doña Zenaïde Laetitia
Julie Bonaparte no pasó de ser una joven exótica casadera de algún
político de Washington, con el tiempo los Estados del Sur, La Comunión Real , iniciaron una guerra sin Rey por que Fernando VII hacía mucho que
descansaba en los infiernos y sus descendientes gobernaron España hacia el
desastre…¿ocurrió? Tal vez sea un sueño de Arquitecto, un error en la matriz
de la Sincronía
puesto que lo recuerdo, a efectos prácticos no solo no me interesa, tampoco ha
existido ni lo hará; seríamos poco eficaces entonces.
Recibía las consignas y
las cumplía, eso era antes, ahora no, O´conor y yo trabajamos por libre, parece
que no les importa.
El Ángel Exterminador
nos seguía muy de cerca, el legado del Santo Oficio y su brazo sicario, esto
es, traducido, las fuerzas ocultas que
mueven el otro lado del mundo. Sabedores de la Sincronía y cuyos designios
desconocemos, es el enemigo, es el mal, no necesitamos saber más. El mundo se
nos quedaba pequeño cuando recibimos una consigna que nos envió al Sur de
Europa.
“El Imperio es grande,
Europa vieja, Sevilla inmutable”
La Capital
administrativa del Reinado Universal se
desgastaba en perpetua decadencia como antes de marcharme. Las cafeterías
cerraban muy tarde y las calles bullían de gentes de un lado a otro de la Sierpes
engalanada a sus flancos con banderas imperiales con motivo de la Exposición
Universal. Criollos bravucones se pavoneaban vestidos de lino blanco y lazo al
cuello, la cartera rebosante y una escasa vergüenza ante el paso de una dama
sin compañía. Tenía la cabeza demasiado atorada de responsabilidades como para
preocuparme por eso.
La policía patrullaba a caballo, los niños
acariciaban las bestias bajo la mirada
paternalista de los agentes, algunas palomas buscaban un hueco que las
protegiera del calor, los mayores se asomaban a las puertas de las tabernas con
los vasos de vino en la mano, un regreso al pasado, la ciudad donde se
administra la economía de un imperio allá donde
no se pone el sol se mantenía congelada en el siglo pasado y a todos les
parecía bien. En poco tiempo la pujante Buenos aires le tomará el relevo y esta
ciudad quedará como santuario de una gloria pasada. La Avenida Bonaparte
es un embudo donde confluyen carruajes y vehículos de locomoción ligera, el
tranvía es un toro de acero que todos esquivan, el calor es insoportable, abro
el parasol, ridículo pero útil, con la cara tapada entre encajes me abro paso
hasta llegar a la catedral y su imponente torre. Después de tanto y aún
sabiendo su verdadera historia me sigue encogiendo el corazón.
La casa de Indias es un venerable museo, antigua
lonja de pescaderos, estudio de pintura de Murillo, cerebro de todo lo que se
marchó, administrador de lo que vino, más parecido a un templo que a otra cosa.
Un pequeño jardín a la entrada hace de recepción natural. Flanqueado por
estatuas de mastines, leones y águilas imperiales se encontraba el hombre
sentado en un banco de mármol.
-¿Sorprendida?-
el Gobernador de Cuba es alto, una abultada cabeza tolteca o más bien vasca
tocada con bombín, gafas minúsculas
apoyadas en una nariz ganchuda, piel de cobre en sus manos y bastón de nácar.
Un hombre atractivo, rebosante de carisma…un rebelde.
-No mucho
más que usted gobernador al tener una mujer delante.
- Querida
dama es cierto que esperaba a un caballero pero no me juzgue de esa manera
fugaz, soy un hombre de mente abierta, un liberal como llaman por acá.
Tomé asiento
y hablamos de lo que teníamos que hablar.
- De la
Cierva,- hizo hincapié en el apellido como si mi presencia no significara nada
tan solo mis antepasados, ficticios por otra parte.
Se gana la
vida como doble agente desde siempre, es muy consecuente que si la corte llega
a enterarse se verá en un pelotón de fusilamiento y aún así decide seguir en
esta tierra de nadie ¿le compensa el dinero que ganará en esta operación? O
puede que sea una amante del riesgo, como del opio ¿no es más cierto? Algo de
lo cual no pude prescindir.
El ruido de
los carruajes por entre la calle empedrada nos hizo callar, los visitantes de
camino a la Gran Exposición
Iberoamericana corrieron para agolparse a las puertas del Hotel Regina, a pocos
metros la guardia Real formaba una barrera infranqueable. Inicié la negociación
no disponía de mucho tiempo.
-Tengo un
nombre que me vuela en la cabeza. El nombre de un buque de guerra.
-¿Qué quiere saber?,
¿Qué gana usted en todo esto?
-Se prepara una atentado
por parte de los Norte americanos, quieren achacar el incidente a la Corona. Queremos
saber cuando para poder evitarlo. No gano nada excelencia, queremos evitar
muertes innecesarias, una guerra fraticida.
-Lo que quieren evitar
es la pérdida de las posesiones en ultramar, las colonias. ¿Es consciente con
quien habla? Se le ocurre proponerme eso a mí, un rebelde.
-Nos estamos haciendo
demasiadas preguntas y no concretamos. De todas las maneras le haré la última y
definitiva ¿que clase de amo prefiere que le azote con el látigo? Los norte
americanos no se marcharan, me consta, quieren la isla para ellos.
-Igual que ustedes.
Mientras hablo con este
hombre soy capaz de dividir mis pensamientos. Si él no acepta es fácil imaginar
como se desarrollaran los hechos. Estoy entrenada para tal fin. La Unión Norteamericana
está controlada por el Ángel Exterminador, se harán con la isla, estando el
Imperio debilitado por las guerras euroasiáticas le costara iniciar una nueva
batalla en el pacifico y si es así la perderá. En pocos lustros el Imperio se
desangrará con el apoyo de las provincias americanas envueltas en un falso tufo
de libertad para convertirse en estados vasallos. Incluso si el gobernador
acepta la amenaza seguirá siendo viable por eso necesitamos establecer contacto
con la Royal Commnunion ,
pero esa es otra historia, para la que se tendrán que mover tantos hilos que se
me pierde en la cabeza, imaginar un matrimonio Borbón / Bonaparte me causa
vértigo.
-¡Maldita sea no lo
entiende! Ya la tenemos ¡es parte del Imperio! Luchen por sus libertades, es lo que deseamos. ¡Me
dedico a eso por todos los demonios!
Señor usted no sabe como
se mueven los hilos. Somos peones de intereses muy elevados que casi
desconocemos, esta es una guerra secreta, el mundo se divide en dos bandos y
tiene que tomar partido por el bando adecuado.
-Que patrañas me esta
contando. Creí que intercambiaría información con una confidente no con una desequilibrada.
- Si acepta obtendrá más
detalles y dejará de pensar que esto es una fantasía.
- Una organización libre
¿Cómo de libre? ¿Acaso no son súbditos de la corona? ¿De los Británicos o de
los Eslavos? Siempre hay un jefe señora.
-Mire allí. Justo en las
puertas del Hotel Regina donde se arremolina la multitud para ver al Rey, en la
balaustrada hay un hombre vestido a la inglesa.- le hice una señal a O´Conor,
este abrió el gabán para mostrar el
arma, desconocida para todo el mundo salvo por la organización: disponía de
mira, recarga automática y un silenciador, pese a lo extraño de la misma el
gobernador no pudo obviar de lo que se trataba. O´Conor apuntó justo cuando el
Rey saludaba al salir. Un trozo de piedra salió disparado de la balaustrada del
portal a escasos centímetros de la cabeza del monarca, nadie se percató de lo sucedido
salvo nosotros y por supuesto O´Conor que sonreía tras las gafas ahumadas. Este
truco del arma fuera de tiempo nunca falla. El gobernador se encontraba rendido
a mis pies.
-Si les cuento lo que sé
me mataran. Los peones no les sirven una vez sacrificados.
-Pero usted, Gobernador,
no es un peón cualquiera y su hijo menos aún.-.El rostro de aquel hombre quedó
transfigurado en una mascara horrible.
-¿Qué ocurre con mi
hijo? El está fuera de cualquier trama política, de las guerras, de todo esto.
-¿Pretende engañarme? Lo
entiendo ¿Qué no haría un padre por su hijo? Él
controla la insurgencias de las provincias. Es joven pero noble y su
causa no es tan injusta como pueda parecernos.
Tiene que convencerlo,
retornarlo al Imperio. Luchar contra los designios de los anglos y los eslavos,
que también son victimas.- Recé para que el Ángel Exterminador no hubiera
contactado con el joven antes que nosotros.
- No querrá.
- Sé que su propia vida
poco le importa. Piense en él.
El gobernador se puso de
pie dándome la espalda y en susurros se le escapó la confidencia.
- El buque se llama
Maine, 15 de febrero de este mismo año, puerto de la Habana y que Dios me
perdone. Con respecto al otro “asunto” no le aseguro nada.
-Le estaremos observando
Gobernador.
-No puedo decir que
halla sido un placer señora De la Cierva.
-No lo pretendía.
Conocer la verdad no es plato de buen gusto. Por mi parte si lo ha sido señor
de Bolivar. Marche con Dios.
El hombre agarró con
fuerza la bola de nácar del bastón. Su cuerpo quedó enmarcado por el Arco del
Postigo más allá de este un enmarañado de callejuelas se tragaban a los
viandantes.
El Manila se resigna a dejarse llevar en volandas por
sus velas, deja una estela blanca de espuma tras nosotros, el malecón se
deshace en el horizonte, el Caribe empieza a parecernos pacifico fuera ya de la
ruta de los contrabandistas…sigo oliendo a azahar.
La Royal Communion se
nos presenta extraña después del liberalismo del Imperio; un regreso a las
haciendas, los caciques y la esclavitud, mansiones blancas y campos de algodón.
La sonrisa candorosa de O´Conor se escapa bajo
el ala del sombrero de copa corta mientras escribo, cada vez estoy más convencida
de mi última elección. Soy mortal y de esta Sincronía, así acabaré mis días.
Salvamos al imperio otra
vez y no será la última; el Ángel que mata no descansa. Nos esperan los estados
del Sur y una reina por enamorar.
Ah!!! Cómo habrían disfrutado de tu relato nuestros conciudadanos de 1898.
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