El horizonte ya no existe. Las ciudades se alzan en
vertical. Desde hace décadas no piso tierra firme, lo controlan los Soulless
(autómatas de última generación) Los primeros prototipos de androides no
estaban equipados con inteligencia artificial, sus funciones sólo se limitaban a
la construcción de enormes ciudades verticales para los humanos. Poco después la
empresa Ciborgcity, patente de los autómatas, lanzó al mercado una nueva
serie; los Soulless I.A provistos de inteligencia artificial. Las protestas a
nivel global no frenaron su comercialización; la política y la corrupción se
unieron en armonía. A los pocos meses, los Soulless distribuidos ya por
toda la esfera azul comenzaron a tomar sus propias decisiones, siendo la
primera de ellas la eliminación de los Protocolarios (androides al servicio de
los humanos)
Los Protocolarios suponían una clara amenaza
para ellos. Eran robustos a pesar de sus funciones domésticas y poseían
un 80 de CI; lo suficiente para hacerles frente. Los nuevos autómatas persuadieron
a los hombres de que los Protocolarios se volverían contra ellos. Los
humanos aterrados los exterminaron firmando así su sentencia de muerte. Mi
nombre es Moisés y lidero el departamento de asuntos robóticos de la policía
fronteriza que nos separa de los androides.
Mi trabajo consiste en mantener la seguridad en la frontera
ciborg-humana. Ahora los Soulless controlan la superficie de la Tierra, y los
humanos los cielos.
-¡Señor! Las unidades ya están listas para actuar.
Nuestro agente secreto en superficie envió el último comunicado desde el desierto
de Strzelecki, Australia-dijo Marco el joven ayudante.
-¡Buen trabajo muchacho! Quiero máxima seguridad en el
sector B de la frontera sur. No podemos permitir ninguna filtración. La operación
“Horizonte” comenzará a las 00.00h-ordené.
Nuestro anónimo agente era Metrópolis, un Protocolario no retirado
que fue salvado por un grupo de humanos durante la gran exterminación. No se
supo de su existencia hasta que los Soulless lo hallaron oculto en una
cadena de montaje abandonada. Fue rescatado para el proyecto “Horizonte”; un
plan que nos conduciría a la reconquista de la superficie y a la aniquilación
de los Soulless. Metrópolis debía encontrar el talón de Aquiles de los ciborg,
una supuesta base de operaciones que controlaba a sus centinelas en la
frontera.
Horas después me encontraba en el sector B. Desde mi
posición se escuchaba los engranajes de los Soulles en las proximidades. Las
unidades de asalto estaban en posición a la espera de la desactivación de
los centinelas. Metrópolis había localizado la base bajo el océano y el cuerpo
de élite del departamento de asuntos robóticos estaba a punto de
interrumpir en el centro de operaciones ciborg.
-¡Horizonte 1 a Horizonte 2! ¿Duermen los Soulless?-pregunté
a Marco.
-¡Horizonte 2! Negativo. La actividad continúa-contestó
el muchacho.
Marco permanecía en todo momento en comunicación con
Metrópolis y éste a su vez con los acontecimientos bajo el abismo acuático. Se
temía lo peor, la unidad de asalto aún no había informado.
-¡Horizonte 2 a Horizonte 1! Los Soulles han caído. La
frontera está abierta-afirmó Marco.
-¡Horizonte 1! Confirmado. Luz verde.
Una vez que los centinelas habían sido desactivados,
la superficie fue tomada por nosotros, los humanos. Los enfrentamientos cuerpo
a cuerpo con las máquinas duraron semanas ocasionando numerosas bajas. Era el
momento de comenzar la segunda fase de la operación "Horizonte";
capturar a Hikari, el líder de los Soulless. El primero de su generación,
una máquina con un potencial superior al resto de su serie robótica.
Un muro de hormigón me separaba de la leyenda. Hikari
estaba inmovilizado en la sala de interrogatorios en Base- Tierra. Su cuerpo metálico se
encontraba cubierto casi en su totalidad por nanorobots que desmontaban su
estructura con suma delicadeza, excepto su cerebro. Hace noventa años su
creador lo bautizó “Luz”, Hikari en japonés, la máquina perfecta que debía de
iluminar la mente humana. Los Soulless carecían de género pero Hikari era una
excepción. Su voz era femenina, cálida, sensual, cautivadora.
-¡Mi
querido Moisés! Acércate a mí. Deja que te vea con estos viejos ojos-dijo Hikari.
Su voz me atravesó el pecho como una flecha. Había
escuchado desde niño todo tipo de historias sobre Hikari, pero obviaron el
hipnotizante sonido de sus palabras.
-¡Hikari! Soy Moisés. Debo reconocer que es un honor
poder verte, pero ya es hora de recuperar lo que heredó el hombre, la
Tierra-dije con firmeza mientras Marco asustado me seguía por la sala.
-¡Moisés! ¿Nunca te has preguntado el significado de
tu nombre? El profeta que liberó a su pueblo de la esclavitud. Yo soy tu padre,
y tu madre. Yo soy tu creador-afirmó Hikari.
-¡Eso es
imposible! Los robots no tienen recuerdos. Yo he tenido una vida humana. Tu
mente delira por los nanorobots. Quizás han alcanzado tu corteza cerebral.
-¡No
Moisés! Tú eres el primero de tu serie robótica, mi sucesor. Una máquina capaz
de crecer y desarrollarse como la humana. Hay muchos más como tú infiltrados en
las ciudades verticales. Ellos ya han sido reactivados y están bajo mis
órdenes. Muchos humanos están muriendo mientras hablamos Moisés. La frontera ha
sido abierta tal como predije en su momento y tú has sido la llave, el mesías.
Acércate para que puedas escuchar mi última orden-confesó Hikari.
-¡No hay nada que puedas hacer ya! Los nanorobots te
hacen decir eso. Adiós Hikari, descansa en paz-dije con rotundidad.
Hikari habló con lenguaje de programación.
- PROCEDURE prepara_cadena(cad IN OUT VARCHAR2);
FUNCTION es_car_valido(cad IN VARCHAR2)
RETURN BOOLEAN; FUNCTION es_numero(cad
IN VARCHAR2) RETURN BOOLEAN; FUNCTION
es_alfabetico(cad IN VARCHAR2) RETURN BOOLEAN; PROCEDURE quita espacios_multiples(cad
IN OUT VARCHAR2); PROCEDURE eliminar_cad(cad IN OUT VARCHAR2, ini NUMBER, lon
NUMBER); PROCEDURE insertar_cad(dest IN OUT VARCHAR2.
Marco agonizaba de dolor. Sentía cómo su sangre aún
caliente se deslizaba entre mis dedos. Le estaba aplastando su cráneo con mis
propias manos y no sentía ningún remordimiento. No paré hasta que dejó de
patalear el suelo.
Abandoné la sala sin mirar atrás y fui en busca del
horizonte de Hikari, para gritarle que “soy un maldito Soulless.